4/7/15

Gabinete Calinari - La culpa fue del cha cha cha


Queridos lectores de la Red-Acción:

La vida es maravillosa. Vivimos en la sociedad del bienestar, gozamos de más derechos que nunca, somos una democracia y nuestros sistema es sumamente eficaz. España es una gran nación, que además forma parte de una gran comunidad política como es la Unión Europea, vanguardia en integración y símbolo de prosperidad. Mi entusiasmo es tal que me he visto obligado a escribir una carta de agradecimiento a todos aquellos factores que contribuyen, cada día, a que nuestra sociedad sea mejor. Y quiero que vosotros seáis partícipes de ello.



Querido Rey Felipe VI:

Gracias por ser tan cool. Y lo digo en inglés, que se que usted lo entiende. No me importa que su institución sea propia de la era medieval, atente contra todos los principios democráticos y, además, se mantenga con dinero público. Para mí, lo importante es que usted es joven y moderno. Simboliza usted la regeneración democrática. Y ya sabe que si a mí me flipa alguna cosa, son los símbolos, las metáforas. Lo que ya me da un poco más de miedo, es la realidad. Pero por suerte, ya tenemos al poder para distorsionarla.



Querido Partido Popular:

Gracias por vuestros brotes verdes. Me han resultado útiles para la tortilla de esta noche, la francesa no me gusta mucho. Gracias por enviarme por la buena dirección. Es que no me llega para comprarme un GPS. Gracias por los sanguinarios recortes, gracias por la reforma laboral, gracias por vuestras salidas de tono, gracias por mantenernos entretenidos durante los últimos cuatro años. Ha sido una experiencia de la hostia. Ah, y gracias por las cifras macroeconómicas. Me vienen de putísima madre.



Queridas fuerzas y cuerpos de seguridad del estado:

Gracias por enseñarme a obedecer. Mis padres nunca me enseñaron lo que era la disciplina. Estaban demasiado ocupados fumando marihuana y yendo a marchas de Greenpeace. Por eso soy tan maleante, pero quiero dejar de serlo. Quiero ser de los vuestros. Gracias por darme palos en las manifestaciones. Realmente me lo merecía. Vuestra porra ha cambiado mi concepción del mundo. Gracias por mantenerme sumiso. Gracias por fomentar mi odio hacia el inmigrante. Gracias por enseñarme que es mejor la razón de la fuerza que la fuerza de la razón. Que el respeto sólo existe ante un superior. No ante el que no piensa como yo, ese es pura basura. Desde que os conozco, mi vida es mucho más sencilla.



Querido Vaticano:

Gracias por difundir la fe. Y la intolerancia, el odio, la ignorancia y los transgénicos de Monsanto. Gracias por ejercer de guía espiritual para los padres y de guía sexual para los hijos. De por seguro, los psiquiatras, os estarán eternamente agradecidos. Gracias por escuchar mis pecados. He cometido tantos que ya no me quedaba nadie que los quisiera escuchar. Gracias por ofrecerme una vía de escape, gracias por ser una forma socialmente aceptada de desentenderse de la realidad. Eres lo mejor que me ha pasado nunca. Después, claro está, del fútbol.



Querido Fondo Monetario Internacional:

Y a tus compañeros de la Troika, a Ángela Merkel y a los buitres financieros. Oye pues que, ¿de puta madre, no? Gracias por imponer las directrices de la política europea, anulando la soberanía de los pueblos. El pueblo es adorable, entrañable, pero se equivoca, no sabe lo que quiere. Vosotros si que sabéis lo que es mejor para nosotros. Gracias por ser tan solidarios con España. Y con Grecia. Gracias por haberles prestado tanto dinero, con tantas condiciones y haber impuesto vuestras políticas de austeridad. Tal y como declaró Mariano Rajoy: “una cosa es ser solidario y otra cosa es ser solidario a cambio de nada”. Las definiciones, que queden bien claritas. Si ahora el país heleno está en el borde del abismo, ya lo dijo Gabinete Calinari: la culpa es del cha cha cha. Vosotros ya habéis cumplido, así que ale, id a recoger el dinero. Pero hacedlo rápido, porque luego a ver quién tiene cojones para visitar el fondo del barranco.


Querida Agencia Central de Inteligencia estadounidense:



No me importa que quieras saber más cosas de mí. Me halaga que espíes mis conversaciones de whatsapp. Me tranquiliza que vigiles a mi presidente porque, aunque él es alucinante, no hay nada tan requetealucinante como la CIA. Gracias por hacer uso de vuestra superioridad moral; vosotros sois los putos Estados Unidos de América: los creadores de la democracia, los salvadores de la Tierra, los putos dueños del universo. Por algo ganasteis la Guerra Mundial, no una, sino dos veces. No puede ser casualidad. Dios, el protestante, os ha elegido. Y nosotros, aunque intentamos hacer las cosas bien, no somos tan perfectos como vosotros. Así que adelante, por favor: instalad vuestras bases militares en nuestros países, ejerced vosotros la justicia moral en los pueblos ajenos, invadid las tierras que queráis añadir a vuestro regadío. Toda época que se precie debe tener un imperio. Queremos que en el futuro, cuando hablen de los siglos XX y XXI, recuerden con nostalgia el dominio absoluto de alguna superpotencia. Gracias por hacer más divertida la historia.



Querido sistema financiero:

Gracias por otorgarme ese crédito, aún a sabiendas de que no os lo iba a poder devolver. Os estoy tan agradecido por el gesto, que dentro de unas semanas dejaré que os quedéis con mi casa para que la unáis a vuestra lista de viviendas vacías. El día del desahucio, montaré un piscolabis para dar la bienvenida a los amables agentes que vengan a ejecutar la orden. Estos últimos años han sido fantásticos, he tenido que pluriemplearme para poder llegar a fin de mes, he deambulado de trabajo en trabajo, he tenido que hacer triquiñuelas y trabajar en B, pero gracias a ello he vivido experiencias extremas y he conocido a mucha gente interesante: abogados, notarios, policías, empresarios, jueces, banqueros, gestores de hacienda De verdad que gracias, sois mis amigos y ya sabéis: mi casa es vuestra casa. Espero que en un futuro saquéis tajada de ella.



Querido IBEX 35:

Gracias por dar trabajo a tantos españoles. Gracias por maquillar las cifras del paro con esos contratos temporales y por debajo del salario mínimo. Gracias por establecer vuestras sucursales fuera de este país para así poder dar trabajo a algún pobre desgraciado en Indonesia o Bangladesh. O en Qatar, porque nos gustaría que quedara algún aborigen vivo antes de la llegada del Mundial de Fútbol. Gracias por contribuir con vuestros gestos financieros al desarrollo de Suiza como nación y, gracias a ello, hacer que la versión premmium de Milka con virutas de chocolate suizo sea tan terriblemente deliciosa. Gracias, de todo corazón, por ser tan buenos tipos.


Querido Adam Smith:

Muchas gracias, tío. Tu movida ha funcionado. Eso de la mano invisible, lo de que el interés propio beneficia al interés general, toda esa mierda, joder, ahí la tienes, ¿qué tal? Fascinante, ¿verdad? Gracias por solucionar los problemas del mundo. De no ser por ti ahora mismo la tierra habría caído en la anarquía, unos cuantos fanáticos religiosos habrían impuesto un sistema totalitario mundial, la economía andaría trastornada, habríamos vuelto al trueque, no habría progreso, nos mataríamos unos a otros con cuchillos de carnicero. Gracias a ti, pero sobretodo a ese séquito de economistas que tan bien han sabido interpretarte y que nunca han utilizado tu nombre y el movimiento en que te integras para crear un sistema elitista cuya función es atender específicamente a los intereses de los sectores más opulentos de la sociedad.



Querida prensa y televisión de España:

Gracias por abrirme los ojos. Gracias por hacerme ver todo desde otra perspectiva. Gracias por advertirme el peligro que supone para la nación el hecho de que las candidaturas ciudadanas lleguen al poder. Gracias por identificar a un enemigo a quién odiar... ¡lo necesitaba tanto! Gracias por defender el simbolismo de las banderas y la unión de las fronteras ficticias por sobre de nuestros derechos fundamentales y nuestras libertades democráticas. En la vida hay que establecer prioridades, yo estaba tan perdido... pero gracias a vosotros ya he descubierto cuales son las mías. La estética por sobre de la dignidad personal: quiero seguir ese camino para poder ser un triunfador, para poder conducir un Porsche por las carreteras de mi pueblo de mil habitantes y sentir las miradas de admiración. Gracias por educarme en el sensacionalismo y en la truculencia, gracias por quitarme todo atisbo de empatía. Gracias a vosotros, todo lo demás me es ajeno y, de este modo, sufro mucho menos.



Querido Mariano Rajoy:

Gracias por impulsar la Ley de Seguridad Ciudadana. Gracias por quitarme mi derecho a manifestarme, mi derecho a protestar y restringir tan desmesuradamente mi libertad de expresión. Cada minuto que paso quejándome, es demasiado gasto en tiempo y energía que podría invertir en buscar ese Porsche que hará de esta una sociedad mejor. Llorar es de perdedores, yo no soy un perdedor. Gracias por reconducir mi odio, porque mi odio hacia vosotros era profundamente antidemocrático. Ahora que odio a la gente, estoy por fin a salvo.


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