10/3/15

Reciclando que es gerundio


¿Y sobre qué trata tu tesis? A esta pregunta tengo que enfrentarme casi todos los días cuando alguien a quién conozco por primera vez se entera de que estoy empezando mi tesis doctoral. Y la verdad es que es algo complicado de explicar en pocas palabras, sobre todo si quiero intentar reflejar rápidamente la importancia que tiene para mí sobre lo que trabajo. Es por eso por lo que he decidido escribir esta entrada dónde brevemente hablaré del tema de mi tesis, algo que sin duda es muy personal, pero que a la vez puede resultar interesante para los interesados en el cine, la literatura, la cultura, o por qué no, la historia de España en general.
Si os nombro a Loulogio, seguramente muchos de vosotros sabréis quien es ese humorista que hace unos años triunfó en YouTube con videos como "La Batamanta", y que ha llegado a tener un programa de televisión. Si os hablo del "Mundo Viejuno" de Muchachada Nuí, también muchos sabréis a lo que me refiero. Pues bien, mi trabajo no va ni sobre Loulogio, ni sobre Muchachada Nuí, pero a la vez si que va sobre ellos. Va sobre el género cinematográfico que hace muchos años, dio origen a lo que ha sido toda una manera de hacer humor en España, basándose en el reciclaje audiovisual. Me refiero al "celuloide rancio".
Peguemos un tremendo salto hasta 1933. En los cines de España se estrenaba una serie de cortometrajes, realizados por el famosísimo escritor Enrique Jardiel Poncela, en los que tomaba varios cortos del cine mudo, y mediante una locución escrita y leída por él, convertía las antiguas películas serias, en verdaderas comedias. Esta serie la llamó "Celuloides Rancios", y tuvo un enorme éxito de público, tanto que muy pronto otras personas se lanzaron a realizar cortometrajes e incluso largos, basándose en esta idea de reciclar una antigua película muda, y añadiéndole un locución convertirla en algo nuevo. De este modo, por ejemplo, en 1940, los también humoristas Miguel Mihura y Tono, realizaron la película "Un bigote para dos", en la que tomaban una antigua película alemana sobre la vida de Strauss, y la convertían en una comedia.


Pero el gran estallido llegó en 1941, cuando la productora Balet y Blay, tomó varias películas del cómico norteamericano Larry Semon, y contrató al escritor, periodista y showman Francisco Ramos de Castro, para que escribiera y leyera los comentarios cómicos. El éxito de la serie "Trapos Viejos", que así se llamaba, fue tan enorme, que Ramos de Castro se convirtió en el paradigma de creador de "celuloides rancios", tanto que aún a día de hoy los que le recuerdan lo hacen por esta labor, y no por su trabajo como escritor, periodista o libretista de zarzuelas. La producción de Ramos de Castro fue enorme, y tocó todos los palos, comentando cine cómico, películas documentales, dramas, etc, pero siempre con su característico tono de guasa. Aquí uno de los cortos comentados por Ramos de Castro:


Pero además el éxito de Ramos abrió nuevas puertas a otros autores, que también quisieron probar suerte con la técnica del reciclaje, y así se pusieron manos a la obra gente como Pedro Llabrés, el dúo Tip y Top, etc. Entre los años 40 y 50 del siglo pasado, la producción de este tipo de cintas fue tan grande, que podemos decir sin miedo a equivocarnos, que el "celuloide rancio", paso de ser un divertido ejemplo aislado, a un género con todas las de la ley. 
Las películas de Ramos de Castro siguieron dándose en cines hasta los años 70 y luego pasaron a la televisión, dónde se repitieron una y otra vez. Es allí dónde seguramente debieron verlas humoristas mas recientes, que sin quererlo se vieron influenciados, y crearon luego programas como "Humor Amarillo", o "El Informal", dónde también había claras influencias de estas películas de los 40.
Y sobre esto va mi tesis, sobre contar la historia de este género, analizar la importancia de sus películas como testimonio de una época, e intentar demostrar como las formas del humor en España han cambiado muy poco desde los lejanos años 30.

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