23/1/15

La indiferencia del rebaño


La indiferencia es uno de los mayores males que crece en nuestra sociedad hoy en día. La independencia con la cual las personas de nuestra sociedad trazan las calles nos hace cuestionarnos si realmente el hombre es un ser social, o más bien, si se merece tal calificación.

Todos los días, nos regodeamos en la hipocresía mostrando un sentimiento que no puede calificarse ni como positivo ni como negativo, la indiferencia. Este, se ha expandido hasta el punto de que no sintamos ningún tipo de empatía hacia las personas que viven situaciones desfavorables a las nuestras y carecen de todo tipo de “necesidades primarias”. El peligro de esta situación radica en la normalización de dicha situación, cada vez es más común observar a personas sin hogar vagando por las calles de Madrid, y sus alrededores y lo que es más asombroso, ya nadie se escandaliza. La hipocresía citada con anterioridad subyace en una falsa concienciación de la población, individualmente todos apoyan una causa justa, no obstante, en colectivo vencen las apariencias y siguen el curso social de apatía. Un ejemplo de esto podría ser la muerte del hijo de  la expolítica Sauquillo hace ya 16 años.



Sin embargo, la cosa no acaba aquí, hace tiempo (durante los mandatos de Alcalde de Madrid de Gallardón y recientemente de Botella) se pretendía atentar sobre esta gente (sin techo), como si su situación ya de por si no fuera grave. Ambos alcaldes sugirieron “depurar” la calzada propiciando “una ley que barra las calles de mendigos” mediante  sanciones. Resulta contraintuitivo que una persona que no se puede costearse una vivienda pueda pagar una multa excesivamente cara (1500-3000 euros). Esta es, en mi opinión, una forma muy ignorante de no solucionar nada. Parece ser que ambos desconocían la existencia de un concepto que en los últimos años ha sido y está siendo violado, los derechos universales de cada persona. La declaración Universal de Derechos Humanos dice textualmente, "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure , así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en el caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad." (Artículo 25.1). Curiosamente, la ignorancia de una ley no exime de su cumplimiento (ignoratia juris non excusat), pero la misma ignorancia si priva de derechos. 

Finalmente señalar que esta situación debería de estar a la orden del día ya que nos concierne a todos. La apatía es un mal que es preciso erradicar, es más, es necesario concienciarse con la situación de uno mismo con respecto al resto para poder involucrarse en las relaciones interpersonales de ayuda colectiva. No hay auténtico progreso mientras estos males, estas situaciones continúen siendo indiferentes.

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