PERCEPCIONES SEMANALES

Percepciones Semanales

Una nueva semana echa el cierre en el corto febrero. Corto pero intenso. Anda que no nos ha dejado buenas cosas el pequeño mes de los resfriados: buenas desde el punto de vista periodístico, claro. Como la última vez, estructuraré la entrada en crónica nacional para irme luego a los temas internacionales, que no han sido pocos. Bienvenidos, de nuevo, a este pequeño rincón que son mis percepciones semanales.

Comenzamos en Madrid. La capital de España está siendo el gran quebradero de cabeza para todos los partidos políticos, que no saben a quién poner, a quién quitar (bueno, esto sí lo saben), a quién dar las riendas del principal bastión autonómico del país. Izquierda Unida sigue naufragando sin entender muy bien los cambios que se han producido en los últimos 21 días. El Partido Popular no termina de aclarar quién será el encargado (todo parece indicar que será encargadA) de continuar al frente de uno de los grandes territorios ocupados por el partido conservador en los últimos tiempos. Pero, sin lugar a dudas, el que más ha hecho ha sido el PSOE. Con una sorprendente maniobra de ajedrez, Pedro Sánchez se ha cargado de un plumazo al hasta ahora candidato, Tomás Gómez, para poner al frente del PSM al ex ministro de Educación, Ángel Gabilondo. Podemos ya ha nombrado a Juan Carlos Monedero (eramos pocos y parió la abuela) como candidato a la presidencia a no ser que la justicia lo impida en los próximos meses. UPyD también tiene a su candidato, que será Ramón Marcos Allo. Y Ciudadanos (formación a la que las últimas encuestas sitúan en cuarta posición con unos sorprendentes 21 escaños) todavía no ha formalizado su elegido, que podría ser Ignacio Aguado. Las espadas están en todo lo alto.

 Ángel Gabilondo, candidato del PSM a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

En los enfangados temas judiciales, el Tribunal Superior ha pedido a Venezuela la extradición del ex miembro de ETA, De Juana Chaos quien reside en el país dirigido por Nicolás Maduro desde que saliera de prisión, tras aquella famosa huelga de hambre con la que coaccionó al poder judicial. Pues bien, Venezuela ha dicho que primero tiene que verificar la información que dan los medios y que no sea otra mentira más. Sí, otra mentira más. Parece que Venezuela es famosa por ir siempre con la verdad por delante. Que yo sepa solo lo hace para insultar a los mandatarios extranjeros, pero no para aclarar sus nefastas políticas. Ya veremos cómo acaba el culebrón De Juana Chaos.

Pero donde de verdad han pasado cosas es a escala internacional. Nuestro maltrecho mundo ha tenido una semana de altos vuelos que casi le provoca un infarto. No ha llegado la sangre al río, al menos por ahora. Empiezo en ese lugar que parecemos olvidar muchas veces, pero que sigue pidiendo nuestra ayuda: Siria. El EI ha tenido una semana especialmente prolífica asesinando, primero a un buen puñado de cristianos coptos de Egipto, segundo a una cantidad indecente de menores en el territorio sirio, y tercero a 43 personas al oeste de Iraq. Los yihadistas siguen demostrando que, con ellos en el mundo, no podemos vivir tranquilos y que, por ello, es necesaria una acción conjunta que acabe con la amenaza que suponen. También desde Ucrania nos llegan malas noticias. Rusia ha vuelto a hacer caso omiso de las resoluciones internacionales (en este caso la de alto el fuego en suelo ucraniano suscrito por ella misma con Ucrania, Francia y Alemania), y ha continuado con su apoyo a los separatistas prorrusos del este de Kiev. Es más, han llegado al punto de suministrar gas a estos insurgentes para que continúen aniquilando a todo aquel que se interpone entre ellos y su objetivo. Bravo por Putin porque tiene un concepto radicalmente distinto de lo que, para mí, es un alto el fuego. Las amenazas de la UE están subiendo de tono y a ellas se suma la OTAN: puede que haya algo más que simples palabras entre Rusia y estas dos organizaciones. Y eso no lo podemos tolerar.

 Vladimir Putin, presidente de Rusia.

En Europa parece gobernar alguien ajeno al Parlamento Europeo y a la Comisión. No es Dijsselbloem, como se debiera suponer, sino Merkel la que mantiene el control del cotarro. Y es que nadie le tose a la Merkel. Esta semana lo ha aprendido el gobierno novato, el gobierno de Alexis Tsipras en Grecia. El país heleno va a tener que conformarse con las migajas de lo que podría haber sido un gran pacto que mejorara la situación de la nación y de sus habitantes. Se ha quedado, por ahora, en un amago que beneficia a Alemania y que la refuerza en su papel central dentro de la UE. Varoufakis y Tsipras van a tener que inventarse algo para calmar el levantamiento que sus votantes pueden provocar ante la negativa de Europa. Pero lo que tengo claro es que esta es solo la primera de muchas batallas que se van a suceder en los próximos meses y que llevarán al viejo continente europeo a una delicada situación de supervivencia. Si cruzamos el charco y nos vamos a Estados Unidos, observamos otro boicot más a las políticas del presidente Obama. Su decreto migratorio fue suspendido por un juez de Texas a instancia de 26 gobernadores, muchos de ellos conservadores. Y es que sigue el constante acoso y derribo del Partido Conservador sobre el gobierno demócrata al que no le ha puesto las cosas fáciles en ningún momento de las dos legislaturas que ha ostentado. El presidente norteamericano va a tener que sacarse un conejo de la chistera para aprobar una de las principales medidas dispuestas en su primer programa electoral, allá por 2009. Mientras, los conservadores cuentan los días para asaltar la Casa Blanca, olvidándose de la función que deben cumplir: la de volver a llevar arriba a un país sacudido por esta crisis económica. Y, para ello, es necesario que en algún momento de su vida, pacten con los demócratas y dejen atrás las odiosas diferencias. El país se lo agradecerá.

Con esto, termino mis percepciones semanales por esta semana. Dentro de 7 días volveré con todo lo que, tanto nacional como internacionalmente, haya acontecido. Hasta entonces, se despide un humilde estudiante

Christian A.A.S. Lo verdaderamente importante